bonel
Usuario Mítico
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Tres de la madrugada de un miércoles. Hago un zapping distraído por todos los canales de la TDT y me ocurre algo espantoso, por primera vez en la vida. Recorro las veintisiete cadenas de mi lista de favoritos y en todas encuentro publicidad. Una detrás de la otra: doce rubias con sus teletimos eternos, otros tantos comerciales de móviles o videojuegos y algunos spots institucionales o corporativos. No lo puedo creer. Vuelvo a empezar otra vez desde el principio. ¡Y lo mismo! Publicidades sórdidas, chromakeys cutres, locutores gangosos pronunciando marcas de perfumes en francés, pizarras con sumas largas y ambiguas, politonos fluorescentes, dinos nombres femeninos que acaban en "-ina", si compras estos cuchillos te regalamos este posavasos, jadeos de mujeres con labios gruesos, mensajes de texto de gente con problemas mentales, más jadeos, más perfumes, visita Murcia, llama ya, ¡llama! Nunca antes me habían entrado tantas ganas de arrancar de cuajo la antena para siempre, de jubilar a la televisión tradicional.
¿Para eso está la TDT? ¿Para eso el apagón analógico? ¿Para eso desterramos la antena y compramos adaptadores grandes, medianos y pequeños desde el Mundial de Alemania hasta hoy? ¿Para que haya doce concursos telefónicos al mismo tiempo en todas las generalistas nacionales privadas y en sus emisoras alternativas? ¿Para multiplicar la estupidez del engaño y que las televisiones puedan ganar noventa céntimos por llamado? ¿Es eso la tele? Parece que sí. La tele vive hoy de aburrir a la gente de día y de embaucarla por las noches. Y nosotros en medio, como decía Machado: entre una tele que muere y otra tele que bosteza.
¿Para eso está la TDT? ¿Para eso el apagón analógico? ¿Para eso desterramos la antena y compramos adaptadores grandes, medianos y pequeños desde el Mundial de Alemania hasta hoy? ¿Para que haya doce concursos telefónicos al mismo tiempo en todas las generalistas nacionales privadas y en sus emisoras alternativas? ¿Para multiplicar la estupidez del engaño y que las televisiones puedan ganar noventa céntimos por llamado? ¿Es eso la tele? Parece que sí. La tele vive hoy de aburrir a la gente de día y de embaucarla por las noches. Y nosotros en medio, como decía Machado: entre una tele que muere y otra tele que bosteza.