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Rush: de vuelta a los setenta con Lauda y Hunt

mochuelillo

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La película detalla la temporada 1976 con fidelidad en los hechos

El próximo 20 de septiembre Rush llegará a los cines de España para recordar una de las temporadas más dramáticas y reñidas de la Fórmula 1 y dos de sus protagonistas; 1976, Niki Lauda y James Hunt. En CarandDriverTheF1.com ya hemos visto el filme y hemos quedado muy satisfechos con la recreación de la rivalidad entre dos campeones de la categoría reina. Grabada en escenarios ingleses como Donington Park y Brands Hatch, además del Nordschleife, la película nos transporta a la década de los setenta para revivir una batalla que se mantiene en la memoria de todos los aficionados a la Fórmula 1. Con el respeto a Grand Prix, Rush se convierte en el filme por excelencia sobre la competición automovilística.

Regresar al pasado. Eso es lo que ocurre cuando te sientas en la butaca del cine y te sumerges en los primeros minutos de Rush, la película que trata la competitividad y rivalidad entre dos de los grandes pilotos de la Fórmula 1, Niki Lauda y James Hunt. El Gran Circo vuelve a la gran pantalla tras el estreno de Senna -magnífico documental de Asif Kapadia sobre el tricampeón brasileño- para en esta ocasión narrar y recrear el duelo entre dos campeones de la categoría reina que escribieron su nombre en la historia de la competición.

El viaje al pasado se detiene principalmente en 1976, cuando, tras una intensa y dramática campaña, Lauda y Hunt llegaron a la última prueba del calendario, Gran Premio de Japón -año de debut de la carrera nipona en la F1-, separados únicamente por tres puntos. El austríaco, en Ferrari por aquel entonces, lideraba la clasificación al volante del 312 T2 y defendía el Título de 1975 frente al McLaren M23-D del británico. En la llamada 'traición de Monte Fuji', la intensa lluvia y escasa visibilidad comprometían la carrera japonesa por la que Lauda y otros pilotos decidieron rodar un par de vueltas y abandonar. Lauda así lo hizo, pero fue de los pocos que tomaron tal postura -también se retiraron Carlos Pace, Emerson Fittipaldi y Larry Perkins-. Hunt siguió en pista y sólo necesitaba finalizar cuarto para lograr el Título. A la conclusión de las 73 vueltas, el piloto de McLaren fue tercero. Ganó el Mundial. Por un sólo punto.

Ésta fue la conclusión a una de las temporadas más electrizantes, dramáticas y apasionantes de la historia de la Fórmula 1, telón de fondo de la película Rush, filme que enfervorizará a los aficionados de este deporte y atrapará a aquellos más ajenos al automovilismo para indagar e interesarse por una de las épocas más recordadas del Gran Circo.

OBRA MAESTRA

La película la firma Ron Howard, oscarizado por 'Una mente maravillosa' y director de títulos relevantes como 'El desafío - Frost contra Nixon', 'Cinderella Man' y la recreación de los libros de Dan Brown, 'El Código Da Vinci' y 'Ángeles y Demonios'. El estadounidense regresa, en cierta manera, a su debut como director de cine. Su primer filme, 'Grand Theft Auto', narra la huída de dos enamorados al volante de un Rolls-Royce camino a Las Vegas para casarse. El padre de la chica, consciente de que el amor de su hija no es el adecuado, ofrece una recompensa de 25.000 dólares a quién les dé alcance. Así, varias personas saltarán a la carretera en busca de la pareja fugitiva en una trama que incluye coches de diferentes marcas, estatus, robos y destrozos. Treinta y seis años después de su debut, Howard retoma la temática de coches, en esta ocasión de monoplazas, para contar la temporada 1976 de Fórmula 1 que tuvo a Lauda y Hunt como protagonistas de excepción.

Junto a Howard, el guionista Peter Morgan es otro de los artífices de esta obra de arte que se podrá disfrutar en las salas de cine el próximo 20 de septiembre. Los dos vuelven a unir fuerzas en Rush después del éxito de 'El Desafío - Frost contra Nixon', que les valió cinco nominaciones a los Oscar y siete a los BAFTA en 2009. No es de extrañar que Howard pensara en Morgan para el guión de Rush: el guionista es un experto en llevar vidas reales a la pantalla y así lo ha demostrado en películas como 'The Queen' y 'El último rey de Escocia'.

Más allá del elenco técnico, de redacción y supervisión, los protagonistas son Daniel Brühl (Niki Lauda) y Chris Hemsworth (James Hunt). Brühl es conocido por películas como 'Goodbye, Lenin!', 'Malditos Bastardos' y como el protagonista de 'Salvador', la historia de Salvador Puig Antich, último preso ejecutado por el método del garrote vil en la dictadura franquista. En Rush, el actor alemán de origen español no interpreta a Lauda, se convierte en él: sus facetas, rostro y gestos son como un regreso al joven Lauda y, en varias escenas, es difícil distinguir si se trata de una película o de imágenes de la época. En versión original -como la ha visto quién escribe-, se le añade el acento austríaco al hablar inglés, un detalle muy importante que le acerca más a la personalidad del tricampeón.

Por su parte, Hemsworth se convierte en Hunt, y con mucho, mucho acierto. El australiano, también realizando un cambio en su acento al hablar 'británico' como el ex piloto de McLaren, se enfunda en la piel del piloto icono del glamour, mujeres, éxito y diversión. Hemsworth, tras su éxito en la película 'Thor' y de participar en otros filmes como 'Los vengadores' y 'Blancanieves y la leyenda del cazador' da un giro a su interpretación y es el encargado de que Hunt vuelva a entrar en nuestras vidas, si es que alguna vez salió de ellas.



LAUDA Y HUNT, RIVALES Y AMIGOS

Brühl y Hemsworth interpretan a dos pilotos que marcaron una época: el austríaco por su intenso trabajo, dedicación, conocimiento técnico y puesta a punto del monoplaza; Hunt, por su agresividad al volante, vida de playboy, carácter despreocupado pero ávido de triunfo y reconocimiento. Los dos actores han realizado un soberano trabajo para meterse en la piel de los dos campeones del mundo de Fórmula 1 y recrear una de las temporadas más dramáticas y reñidas que la historia de la categoría recuerda, 1976.

Por aquél entonces, y plasmado en Rush, Lauda marcó el inicio del 'deportista moderno'; cuidadoso de su persona, disciplinado, incansable, prudente respecto a la alimentación y 'enemigo' de la bebida y los cigarros. De carácter frío, brusco y reservado, la personalidad se refleja continuamente en la película, por ejemplo, y con amplio detalle, cuando el austríaco llega en su primer día de pruebas con el equipo BRM y trabaja junto a los mecánicos para crear un monoplaza más rápido.

También Hunt permanece en la historia de la competición por su carácter desenfadado: amante del peligro y de las mujeres, el británico iba al límite, siempre motivado por la consecución del éxito y de dejar huella en el deporte. Y la dejó. El campeón de 1976 logró el Título en una lluviosa y meteorológicamente terrible carrera en Japón, en la que, a base de adelantamientos y de asumir el riesgo sin pensar en las posibles consecuencias desafortunadas, cruzó la recta de meta en la tercera posición para llevarse la corona. Hunt es temeridad, agresividad y pilotaje desafiante para ser el más rápido. Su estilo playboy agradó a la Fórmula 1, que empezaba a llenarse de glamour, de celebridades y de un ambiente festivo fuera de la pista, incluyendo el inicio de los aficionados, especialmente de ellas, por el estado físico y estatus del británico. "A las mujeres les gustan los pilotos por nuestra cercanía a la muerte", afirma Hunt/Hemsworth en una conversación con Lauda/Brühl.

La rivalidad entre los dos pilotos es permanente en Rush. Desde su primer encuentro en las pistas en la F3 hasta el salto a la Fórmula 1, la lucha entre ambos es continua y, más allá de la que mantuvieron en 1976, la fijación por el otro es el eje que mueve la trama: si Lauda consigue un acuerdo con BRM, Hunt quiere llegar inmediatamente a la máxima categoría, y así, hasta que a la temporada 1977, con Hunt como vigente campeón, le quedan pocas semanas para arrancar.

Más allá de la competencia, a los dos les unía una gran amistad. Amigos fuera de las pistas y desde sus inicios en categorías inferiores, Lauda y Hunt mantuvieron una relación cordial, tanto, que incluso llegaron a compartir piso en el inicio de sus carreras profesionales. Aunque esta amistad no se vea completamente plasmada en la pantalla, sí se dibujan escenas y conversaciones cordiales entre ambos que requerían de un conocimiento profundo del otro.



SIN EXAGERACIONES

La historia, rivalidad, competición, drama y lucha en la temporada 1976 fue tan real, interesante y compleja que la trama en la película no necesita exageraciones. Y no las hay. Howard y Morgan no 'abultan' la historia para que el filme sea más espectacular que los hechos, y no lo hacen por una sencilla razón: no es necesario, el relato de lo acontecido hace 37 años es suficiente.

La personalidad y rivalidad de Hunt y Lauda es el combustible del filme, que no contempla ni a hérores ni a villanos, sólo a dos apasionados de la competición automovilística en su afán por ser los mejores del mundo. Es un auténtico drama humano; dos hombres que apretan hasta el límite, sin pensar en el peligro, el uno contra el otro para lograr la victoria y superar al rival. Howard no quiso que la audiencia vea a un héroe o a un villano, únicamente a dos pilotos que se han convertido en una leyenda de la Fórmula 1 y como, a día de hoy, continúan siendo admirados.

Sin embargo, será difícil que nuestra mente no simpatice con uno de los dos por encima del otro. Somos humanos y muy a menudo tomamos partido entre dos opciones. Ya sea Lauda o Hunt, los sentimientos se mezclan. En la recuperación de Lauda tras el accidente en Nurburgring, es prácticamente imposible no mostrar afecto hacia la fortaleza y tenacidad del austríaco. Sentimiento que se incrementa cuando regresa a la competición, en el Gran Premio de Italia, sólo 42 días después del accidente en el 'infierno verde' y finaliza cuarto, provocando una alegría en Ferrari y entre los tifosi que contagia al espectador.

En la última cita del Mundial, en Japón, el ahínco, empeño, coraje y búsqueda de los límites en su pilotaje hacen que Hunt se convierta en el piloto a apoyar en ese momento, a desear que acaben las vueltas al circuito de Fuji y que el británico logre los puntos necesarios para coronarse campeón.



UN ACCIDENTE QUE CAMBIÓ LA F1

El 1 de agosto de 1976 es una fecha que queda marcada en la historia de la Fórmula 1. Se disputaba el Gran Premio de Alemania en el circuito de Nurburgring. En una época, los setenta, en la que la muerte acechaba en cada curva y en cada recta de forma desafortunadamente permanente, los pilotos no temían el riesgo y se jugaban la piel en cada carrera. Y en Nurburgring, bajo un auténtico aguacero, Lauda quiso hacer entender a sus compañeros que jugar con el peligro podría tener un terrible fin de partida. El de Ferrari convocó una reunión de pilotos y propuso cancelar la carrera, sin embargo, su propuesta no recibió los suficientes votos y la prueba se celebró.

En la segunda vuelta el 312 T2 se descontroló, se fue directo a las barreras y quedó ardiendo en medio de la pista. Harald Hertl y Brett Lunger no pudieron evitar el choque e impactaron con el monoplaza del austríaco. Ambos pararon y junto a Antonio Merzario se bajaron de sus respectivos bólidos y fueron al rescate de Lauda, en uno de los actos más nobles y emotivos que se recuerdan en la categoría. Los tres pudieron sacar al austríaco del Ferrari en llamas pero el minuto que pasó atrapado por el fuego le dejó muy malherido. Trasladado al hospital de Mannheim, tan graves eran sus heridas que incluso un sacerdote le administró los últimos sacramentos, se temía lo peor. Pero Lauda, fuerte y luchador, sobrevivió -para sorpresa de los médicos- y su único propósito era regresar cuanto antes a las carreras.

Rush recrea este terrible accidente de una forma sublime, con todos los detalles del viejo Nurburgring. Especial atención requiere la recuperación del austríaco en el hospital, tratada en la película de forma realista y sin la necesidad de recurrir a la sensibilidad del espectador para que éste sea conocedor del coraje del vienés. Seguro de que ha de regresar a los circuitos y de que ha luchado por su vida, los éxitos de Hunt en su ausencia le impulsan y motivan a acelerar su recuperación con el objetivo de volver a los circuitos para defender su liderato en el Mundial.

El espectador verá que las batallas en pista se empequeñecen al observar la fortaleza y capacidad de soportar el dolor que Lauda mantuvo en el hospital al tiempo que seguía por televisión cómo su gran rival encadenaba victorias y se le acercaba en la clasificación. Incluso le llega a decir a Hunt que los éxitos en su ausencia fue la principal motivación para volver a las pistas. Conscientes de los accidentes que ha habido en la Fórmula 1, y en especial el de Nurburgring de 1976, Rush provoca que un escalofrío recorra nuestro cuerpo en la escena en el trazado alemán.



BANDA SONORA, GUIÑOS Y HUMOR

El rugir de los motores V8 Cosworth DFV es la perfecta banda sonora de la película Rush. Opinarán que no hay mejor sonido para una película de Fórmula 1, en la que los propulsores ya rugen a partir del tercer minuto. Más allá de los V8, la banda sonora la firma Hans Zimmer, uno de los compositores de Hollywood más aclamados. Su talento musical ha sido protagonista en películas como 'El rey león' -por la que se llevó el Oscar-, 'Piratas del Caribe', 'El desafío - Frost contra Nixon' -en la que trabajó junto a Howard y Morgan- y 'Sherlock Holmes' entre otras. En Rush, Zimmer combina el rugir de los V8 con la música que marca cada escena, cada rivalidad y conversación entre Lauda y Hunt.

Pero en la película no todo gira alrededor de la rivalidad y personalidades de Hunt y Lauda. Rush ofrece más y para cualquier ojo avizor será interesante comprobarlo. Así y más allá de la competición, el filme también ofrece bosquejos del ambiente que envuelve a la categoría reina. El glamour y las personalidades en las carreras se reflejan en el círculo más íntimo de Hunt, como ahora nos referiríamos a las celebridades y VIP's que asisten a los Grandes Premios.

El mundo del periodismo es una constante en Rush. La trama, los hechos y la ubicación de los protagonistas, entre otros, se explica a través de las figuras de los periodistas y comentaristas que interpretan a los que seguían el Mundial por aquél entonces. Reporteros de televisión grabando su crónica para las cadenas, comentaristas en sus cabinas de retransmisión excitados al narrar a sus espectadores y oyentes lo que ocurre en pista, diversidad de ruedas de prensa tanto antes como después de la carrera... Así, el trabajo del periodista está muy presente y es el encargado de situar e informar al público en la sala del cine de lo que ocurre en el circuito, como si se tratara de una retransmisión en directo.

Si bien es cierto que Rush es acción al volante de un monoplaza, rivalidad y drama, la película también sorprende con el humor. Algunas conversaciones entre Hunt y Lauda -aunque a veces son meros intercambios de palabras- son hilarantes, con chispa y con un toque de gracia que refleja que no todo era seriedad. Muy destacable es la escena en la que el austríaco y su futura mujer, Marlene, se quedan tirados en una carretera cerca de Trento, en Italia. En su 'rescate', dos italianos ponen -en la opinión de la que suscribe-, el mejor toque de humor a la película al sorprenderse por ver y 'ayudar' al mismísimo Lauda, el flamante nuevo fichaje de Ferrari.

EXQUISITA DOCUMENTACIÓN

Howard y su equipo cuidaron y trabajaron duramente en la documentación de los hechos para que Rush sea una película fiel a lo ocurrido en 1976, con datos verídicos y personajes y monoplazas casi idénticos a los reales. Para las grabaciones, incluso contaron con los originales Lotus 77, McLaren M23-D, Ferrari 312 T2 y Tyrrell P34, éxito posible gracias a la participación y ayuda en el filme del Campeonato FIA de Fórmula 1 Histórico. Incluso el jet privado que aparece en la escena final entre Hunt y Lauda es el avión real que el austríaco poseía en aquella época. Mencionar también que Lauda participó en la corrección y pulcritud de los detalles de la película, además de 'acoger' a Brühl en su casa para que la interpretación fuera lo más cercana a la realidad. Y vaya si lo es.

Junto a Lauda y Hunt, son varios los personajes de la categoría reina que también tienen su rol importante en Rush. Así, a lo largo de los 123 minutos se ve en pantalla a Lord Hesketh (Christian McKay); el diseñador Harvey Postlethwaite (Jamie de Courcey); el jefe de equipo de McLaren, Teddy Mayer (Colin Stinton); Clay Regazzoni (Pierfrancesco Pavino); la mujer de Hunt, Suzy Miller (Olivia Wilde); la mujer de Lauda, Marlene (Alexandra Maria Lara); Arturo Merzario (Cristian Solimeno) e incluso Enzo Ferrari.

Con todo, Rush es un auténtico viaje al pasado. Durante 123 minutos se retrocede a la década de los setenta y una se impregna de su ambiente y peligrosidad atrayente al tiempo que se simpatiza con dos pilotos que marcaron una época. Ahora he vuelto a la 'realidad' pero el próximo 20 de septiembre, de buen seguro, regresaré al pasado para volver a revivir una de las luchas más reñidas y aclamadas de la Fórmula 1.
Por Cristina Díaz
 
la veremos a ver que tal
los trailer pintan bien
 

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