bonel
Usuario Mítico
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Barcelona. (Redacción).- … Y todos cayeron "enamorados de la moda juvenil". Hace 30 años, TVE retransmitió el concierto de homenaje a José Enrique Cano, Canito, batería de Tos fallecido en enero de 1980 en un accidente. Aquel 9 de febrero de 1980 Popgrama, un espacio musical dirigido por el periodista Diego A. Manrique, la televisión llevó a todos los hogares de España la pequeña revolución pop que se fraguaba en el Madrid de los recién estrenados ochenta y que tenía en La Vía Láctea y el Penta sus locales de referencia.
Por la pantalla desfilaron algunos grupos, entonces desconocidos, y que hoy son figuras de culto. Alaska y los Pegamoides, Nacha Pop, Mamá, Paraíso, y, como cierre, Tos, el grupo de los hermanos Urquijo que se haría célebre poco después bajo el nombre de Los Secretos. El escenario de la retransmisión fue la Escuela de Caminos de la Universidad Politécnica de Madrid, dirigida entonces por el padre de Ana Torroja, futura vocalista de Mecano. Mil espectadores vieron el concierto en directo; millones a través de la televisión.
A la mañana siguiente, aquella colección de grupos adolescentes e imperfectos que abarcaban todos los estilos musicales posibles ya empezaban a ser conocidos. Más conocidos. Había nacido un movimiento: la Movida madrileña. Y desde entonces –aún hoy- peregrinan al Penta, el bar de Malasaña que cantó en fallecido Antonio Vega. Chicos de ayer que acuden, quizá, a escuchar "canciones que consiguen que te pueda amar".
Por la pantalla desfilaron algunos grupos, entonces desconocidos, y que hoy son figuras de culto. Alaska y los Pegamoides, Nacha Pop, Mamá, Paraíso, y, como cierre, Tos, el grupo de los hermanos Urquijo que se haría célebre poco después bajo el nombre de Los Secretos. El escenario de la retransmisión fue la Escuela de Caminos de la Universidad Politécnica de Madrid, dirigida entonces por el padre de Ana Torroja, futura vocalista de Mecano. Mil espectadores vieron el concierto en directo; millones a través de la televisión.
A la mañana siguiente, aquella colección de grupos adolescentes e imperfectos que abarcaban todos los estilos musicales posibles ya empezaban a ser conocidos. Más conocidos. Había nacido un movimiento: la Movida madrileña. Y desde entonces –aún hoy- peregrinan al Penta, el bar de Malasaña que cantó en fallecido Antonio Vega. Chicos de ayer que acuden, quizá, a escuchar "canciones que consiguen que te pueda amar".