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Gran Premio de Brasil

mochuelillo

mochuelillo

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04/11 - 07/11/2010 Interlagos

Previo
Sólo Fernando Alonso podría ser campeón mundial este fin de semana. En Maranello han conseguido ponerle alas al F10, mientras RBR se ahoga en su propia bebida refrescante. Pero hay más: el clima inestable, un circuito único, unos rivales que no tiran la toalla… y Bernard Ecclestone, que quiere que gane algún piloto de RBR antes que el español de Ferrari. ¿Más condimentos? Vale: sólo quedan dos carreras y Hamilton se reencuentra con su circuito maldito. Yo no me lo pierdo.
Las matemáticas del campeón

Sólo Fernando Alonso puede proclamarse campeón mundial este fin de semana. Pero no nos engañemos: las posibilidades son muy pocas. La más probable y fácil es que Alonso gane y Webber llegue, como mínimo, en quinta posición. Aunque, viendo las últimas carreras, no es descabellado. Las demás variables son demasiado amplias y complicadas. Por el contrario, el equipo Ferrari se asegurará de que Mark Webber, al menos, no consiga la victoria. Porque de hacerlo, independientemente de lo que haga el resto, habrá cumplido la mitad del trabajo para ser campeón, pues necesita ganar las dos carreras que quedan para llevarse el trofeo mundial. El autódromo José Carlos Pace volverá a regalarnos una carrera trepidante; no obstante, ya ha decidido los últimos cinco mundiales disputados.
Alonso prefiere esperar a Abu Dabi

Ni el propio piloto español de Ferrari piensa en repetir el sueño de proclamarse campeón mundial en tierras brasileñas, como lo hizo antaño con Renault. En Maranello han repetido hasta la saciedad que nadie en la Scuderia hará cuentas hasta la última carrera, y mantienen esa postura: "Vamos a Brasil concentrados en nuestro trabajo. Queremos sacar lo máximo de cada oportunidad, pero conscientes de que las cuentas se harán en Abu Dabi". Ferrari ha evolucionado perfectamente en las últimas carreras, aprovechando los problemas de fiabilidad de Red Bull y los errores de sus pilotos, hasta lograr situar a Fernando Alonso en la primera posición provisional en un mundial que olía a bebida energética. Pero las tornas han cambiado; ahora quien tiene las alas es el 'cavallino' italiano.
Ferrari será conservador

Felipe Massa se reencontrará con su público, y no es de extrañar que el brasileño se crezca, aunque asegura que aún hay trabajo por hacer: "Claramente tenemos que mejorar la prestación de nuestro coche para la clasificatoria del sábado; ése es nuestro punto débil", asegura. Massa cree que Ferrari debería desenvolverse bien en el complicado asfalto de Interlagos, aunque las últimas citas fueron favorables a los RBR: "Cierto que Red Bull estuvo muy fuerte aquí la pasada temporada, pero nosotros obtuvimos tres éxitos consecutivos entre 2006 y 2008".

Stefano Domenicali también confía en el buen hacer de su equipo. La clave para ellos es clara: correr sin asumir riesgos innecesarios; caminar con pies de plomo; evitar torpezas y asumir responsabilidades: "Vamos a adoptar el enfoque adecuado, debido a la competitividad de nuestros rivales, Red Bull y McLaren. Esta temporada hemos visto que las carreras pueden complicarse, así que vamos a ser muy prudentes". El objetivo de ambos coches rojos es claro: "Acabar la carrera para hacernos con una buena suma de puntos", asegura Domenicali. La estrategia está clara: llegar a Abu Dabi en una buena situación, en vez de arriesgar ahora y perderlo todo antes de tiempo.
Webber: "Quiero volver a ganar aquí"

Sebastian Vettel iba en un Toro Rosso cuando adelantó a Lewis Hamilton en las últimas vueltas del Gran Premio de Brasil de hace dos temporadas, complicándole la consecución de su título mundial. Ahora Sebastian tiene un Red Bull, uno de los monoplazas más competitivos de la parrilla. Y piensa dar un buen bocado de puntos para optar a ganar el mundial: "Será un auténtico reto. Debemos adaptarnos bien a su aerodinámica, aunque las rectas beneficiarán a los buenos motores". Su compañero de equipo, segundo clasificado en el mundial, espera olvidarse de su terrible error de Corea, donde se estrelló cuando iba primero, para amenazar el liderazgo de Fernando Alonso. Los recuerdos, quizá, jueguen una buena parte: "Seguro, porque gané el año pasado. Y lógicamente quiero repetir". Webber quiere seguir dependiendo de sí mismo: si gana las dos carreras que quedan, será campeón, independientemente de lo que haga el resto. Este fin de semana, por consiguiente, será el inicio de su estrategia: "Aprovechar al máximo todas las oportunidades".
McLaren no tira la toalla

Si alguien tiene recuerdos borrosos de Brasil, ese es Lewis Hamitlon. El inglés perdió aquí un mundial que tenía en el bolsillo, el de 2007, por diversas maniobras inmaduras. Robert Kubica sabe de las sorpresas que puede deparar este trazado, donde la lluvia suele hacer acto de presencia sin previo aviso para complicarlo todo aún más: “Puede ser una lotería”. Y una lotería fue el final de la carrera de 2008, cuando Hamilton adelantó en la antepenúltima curva a Adrian Sutil, en medio de una lluvia intermitente, en medio del caos, y se proclamó campeón del mundo, para desesperación de Felipe Massa y de su padre, que celebraron la victoria y su supuesto campeonato ganado, ignorando que en realidad fue el inglés quien lo logró. Para este año, Lewis asegura estar más calmado y ser más maduro, aunque confiesa que, a veintiún puntos de Alonso, pensar en ganar el mundial es más un sueño que una posibilidad real: “Este fin de semana no pensaré mucho en el mundial; quiero un buen resultado para Abu Dabi, así que esa será mi prioridad.” El inglés lamenta de no tener “el coche más rápido” de la parrilla, aunque espera disfrutar este fin de semana de “un conjunto decente que debería funcionar bien”. Peor aún lo tiene su compañero de equipo, el actual campeón mundial Jenson Button, que a cuarenta y dos puntos de Alonso reconoce enfrentarse a una situación “cuesta arriba”, auque al mismo tiempo asegura que no se rendirá hasta el final. Jenson recuerda el año pasado, cuando su entonces compañero de equipo, Rubens Barrichello, logró la “pole”, mientras que él se clasificó decimocuarto. Sin embargo, asegura hoy, “esa fue una de mis mejores carreras”.
José Carlos Pace

Interlagos llamamos al circuito, pero su nombre real es José Carlos Pace, recuerdo de un piloto que si bien la memoria colectiva de este deporte no le recuerda popularmente, guarda grandes recuerdos entre los aficionados brasileños. Fue a finales de los años 70 cuando, coincidiendo con su muerte, José Carlos Pace prestó su nombre a un circuito anteriormente ubicado entre dos grandes lagos artificiales hoy desaparecidos. Ya no hay lagos, ni Interlagos se llama esta pista, aunque popularmente se la sigue conociendo así. Pero en realidad es José Carlos Pace quien debería aparecer en las crónicas, en los periódicos y en las noticias, como nombre oficial de un trazado fascinante. Si el novísimo autódromo de Corea fue objeto de críticas por su organización, Brasil lo fue en el pasado por las nefastas condiciones de su trazado y sus instalaciones. Aquí cayeron carteles publicitarios sobre la pista, circularon ríos sobre el asfalto, una cámara hirió a un mecánico y se producen robos constantemente. Los problemas han sido característicos a lo largo de las temporadas, pero nadie quisiera eliminar esta prueba del calendario. Porque, con la proliferación de trazados "made in Tilke", son pocos los reductos de auténticos circuitos de una Fórmula 1 pretérita los que han sobrevivido hasta el siglo XXI. El circuito de Sao Paulo es uno de ello, pese a sus continuas modificaciones.
Contrastes

Pocas veces encontramos en el calendario un circuito encajonado entre las casas de una gran urbe. El paisaje aquí no son montañas, ni grandes bosques, ni pradera aledañas al trazado… Son casas, chavolas, viviendas apiñadas unas encima de otras, con vistas sobre la misma pista, con carreteras, autovías y avenidas circundando el circuito. El contraste suele dar una bofetada al público: el deporte probablemente más caro del mundo frente a una de las poblaciones más pobres de Brasil. Aquí no hay rascacielos futuristas, ni complejos de golf, ni puertos deportivos con yates y chicas despampanantes tomando el sol con un Martini en la mano. Al igual que el circuito madrileño del Jarama, el trazado ha ido quedándose en medio de centenares, miles de viviendas, aunque aquí no son pareados de lujo. Sin embargo, y muy al contrario que en España, aquí nadie se queja: cada brasileño disfruta de esta afición como el deporte nacional, animando hasta la extenuación a un grupo de atletas que admiran y que pasan delante de sus casas como truenos infernales. En vez de quejarse, se sienten privilegiados por poder estar tan cerca de esos bólidos sofisticados. Por eso aquí el ambiente siempre es especial, y las gradas explotan en impresionantes ovaciones cuando el pelotón deja su estela de viento al lado de las principales gradas. Quizá, justo entonces, resuene el eco de una voz conocida, dentro de un casco amarillo que nunca morirá en nuestros recuerdos. ¿Quién puede prescindir de esto y sustituirlo por un complejo de oficinas?
Redacción - Héctor Campos - Infomotor Network, SL
 
gracias mochu
 
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