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Compañeros y rivales en la Fórmula 1

bonel

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No te fíes de nadie. Alguien dijo que en Fórmula 1 es imposible tener amigos; y quizá tuviera razón. Los compañeros no existen nada más que en el contrario; sobre la pista, todos son rivales. Todos van contra ti y tú vas contra todos. No te engañes: tú también lo habrías hecho. Quizá Webber esté loco como sugería Sebastian con sus gestos; o quizá fuera Vettel quien calculó mal. Pero ayer en Turquía no chocaron dos compañeros de equipo; chocaron dos pilotos que luchaban por el mundial.

A Webber no le gusta que le cierren

En 2005, Michael Schumacher trataba de doblar a Mark Webber llegando a la última chicane del Istanbul Park. El Ferrari del alemán adelantó al Williams del australiano por el exterior de la undécima y rapidísima curva, que desemboca en una recta de 300 km/h. Ambos coches rodaron en paralelo a máxima velocidad hasta que Schumacher se echó encima de Webber, abriéndose para trazar la siguiente curva, la duodécima, que termina en la chicane de entrada a meta. Webber se enfadó. Se enfadó mucho cuando vio que el Ferrari le intimidaba, le arrinconaba y le estrechaba hacia el exterior de la pista.

A pesar de ser un doblado, a pesar de que debía dejarse adelantar por el reglamento, las maneras de Michael no le gustaron. Tanto que en la frenada siguiente se emparejó con Michael y le tocó. El Williams rompió su alerón delantero mientras que la carrera de Schumacher, tras hacer un trompo, dijo ahí adiós. Mark justificó su maniobra alegando que no le gustó la manera que tuvo Michael de doblarle. Quizá el australiano recordó aquella maniobra cuando el pasado domingo vio a su lado el Red Bull de su compañero de equipo, Sebastian Vettel. Vettel intentó hacer lo mismo que Schumacher: abrirse para trazar la siguiente curva. Solo que esta vez Webber no cedió; se mantuvo en sus trece sin apartarse ni un milímetro (al fin y al cabo, estaba vez no era un doblado).

El resultado fue el que todos sabemos: Red Bull echa por la borda de nuevo su superioridad en beneficio de McLaren. Y es que en Fórmula 1 no basta sólo con ir rápido.

Compañeros en el paddock, rivales en la pista

La relación entre los compañeros de equipo en Fórmula 1 es especial: compañeros, al compartir la misma escudería; pero rivales, al mismo tiempo, al tener que demostrar que se es mejor contando con el mismo material. Lo de Mark Webber y Sebastian Vettel se veía venir. A pesar del buen rollo que quieren mantener frente a la prensa, la cara de Sebastian el sábado era un poema.

Tras la carrera, nada volverá a ser como antes. Podrán o no hacer las paces, podrán o no reconciliarse, podrán o no seguir como si nada… Pero en lo más profundo de sus subconscientes saben que aquel con quien comparten comida y entrenamientos es en realidad su más temible adversario. No es de extrañar que Jenson Button intentará también adelantar a Lewis Hamilton poco después del accidente entre los Red Bull: quería la victoria, y no veía el color del monoplaza que tenía enfrente. La batalla fue bastante más limpia y bonita. Un auténtico rueda contra rueda que ganó Hamilton, consiguiendo su primera victoria del año. Michael Schumacher estaba dispuesto a completar el podio, pero Webber pudo reparar su monoplaza sin mayores complicaciones y se quedó tercero. Michael, pese a todo, sigue en progresión con su Mercedes.

El peligro de la desconfianza

En Red Bull han cometido el error de decantarse claramente hacia uno de sus dos pilotos tras el accidente. Vettel es el defendido. Sea como sea, los gestos de Sebastian al bajarse del monoplaza deberían haber sido más contenidos. Algo difícil tras el acaloramiento del instante, pero necesario si quiere aquello por lo que todo el equipo está trabajando y seguirá luchando el resto del año: ganar ambos mundiales. La temporada es muy larga y nadie sabe qué puede pasar; empezar con gestos, declaraciones, acusaciones y desconfianzas a estas alturas les puede salir muy caro. De momento, aunque Webber sigue primero en el mundial de pilotos, Vettel ha caído del segundo al quinto puesto; y Red Bull ya no es líder: gana McLaren por un punto.

La política de Red Bull difiere sobremanera de Ferrari: en Maranello está prácticamente prohibido criticar a un compañero de equipo, ni hablar sobre polémicas entre sus pilotos, ni mucho menos acusar a nadie de nada. La máxima de que todo el mundo trabaja por el éxito común, por las victorias de Ferrari, y no por uno mismo, ha predominado a lo largo de su historia, a pesar de que Michael Schumacher era intocable y gozaba de plenos derechos. Si había cualquier problema interno, la oficina de prensa de la Scuderia se encargaba de edulcorarlo y mitigarlo. Ni McLaren ni Red Bull han aprendido este truco. Y así les ha ido a ambos.

Que nadie investigue, por favor

En Turquía, en cualquier caso, pudimos disfrutar de una buena carrera con buenos adelantamientos y fantásticos duelos. Desde la misma salida, con un Vettel adelantando a Hamilton y un Hamilton recuperando su posición sólo unos metros después en una maniobra espectacular, hasta el toque de Massa con Kubica en la primera vuelta, pasando por el duelo de Alonso con Petrov a pocas vueltas del final. Button y Hamilton y las peleas modestas de los del fondo del pelotón animaron una carrera divertida en la que no hacía falta que lloviera. A pesar del accidente entre Webber y Vettel, la deportividad reinó en el asfalto.

Y lo mejor de todo: no vimos ninguno de esos odiosos, puritanos, puñeteros y otrora tan abundantes carteles de la FIA con aquello de “el incidente entre tal y tal coche será investigado por los comisarios”, como si luchar a trescientos kilómetros por hora en el deporte más espectacular del mundo estuviera sujeto a las decisiones de unos ricachones sentados en sus sillones de oficina. Como si fuera pecado errar o acertar al adelantar en Fórmula 1. Como si no fuera para eso para lo que les pagan a estos deportistas multimillonarios. No decimos que si alguien comete una infracción o una maniobra claramente antirreglamentaria no deba ser sancionado, pero lo que vimos el sábado fueron bonitas y buenas luchas cuerpo a cuerpo, como toda la vida.

Ojalá sea así el resto de la temporada y no haga falta mirar al cielo y pedir lluvia para decir que el Gran Premio ha sido entretenido. Canadá, a priori, promete emociones fuertes. No nos lo perderemos.

Redacción TheF1.com - Héctor Campos - Infomotor Network, S.L.
 
ni asi pierden jjejej :45:
 

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