bonel
Usuario Mítico
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Con estos trucos podemos evitar que se queme, eliminar el olor de la ropa o evitar las dolorosas y molestas salpicaduras
El aceite es uno de esos ingredientes que se usan cada día en la cocina en multitud de ocasiones. Sano, recomendado para la dieta mediterránea y con un montón de propiedades que lo hacen único e inigualable. Sin embargo, también cuenta con algunos inconvenientes que se pueden resolver fácilmente con estos sencillos trucos.
Para que no se queme el aceite
Se puede evitar que el aceite que ya está demasiado caliente llegue a quemarse si se echa enseguida en la sartén o recipiente que esté al fuego un buen trozo de pan. Al cabo de unos pocos segundos se podrá comprobar cómo el pan se habrá tostado y la temperatura del aceite comenzará a bajar.
Evitar que se ponga rancio
Otro de los problemas es conservar el aceite que solo se ha utilizado una vez para freír y que puede ser reutilizado. Para garantizar una perfecta conservación, hay que verter el aceite que ha sobrado en un recipiente de boca ancha y echar sobre él un chorro de coñac o aguardiente. El alcohol que tienen estos licores formará una capa en la superficie que protegerá el sabor del aceite.
Qué hacer si se ha congelado
Si a la hora de ir a coger el aceite, y como consecuencia de las bajas temperaturas, se comprueba que el aceite se ha quedado congelado en la botella, hay que introducirla en agua caliente. A los pocos minutos de realizar este proceso el aceite volverá a su estado original. En cualquiera de los casos, es recomendable no calentarlo directamente al fuego, ya que solo se conseguirá estropearlo.
Mantenerlo siempre limpio
El aceite que se utiliza para freír patatas, croquetas o buñuelos siempre termina por ennegrecerse y ensuciarse. Para evitar este problema, fríe en él un trozo de papel de aluminio. Los resultados son sorprendentes.
Eliminar el olor del aceite caliente
El fuerte olor que suelen desprender algunos aceites al calentarlos desaparecerá de una manera muy simple: añadiendo a la fritura una corteza de limón o un poco de miga de pan, que se retirará una vez que esté bien tostado. En el caso de las sartenes o freidoras, lo mejor es añadirles una ramita de perejil o unas gotas de zumo de limón.
Evitar el dolor de las quemaduras
Las siempre dolorosas salpicaduras del aceite se pueden evitar espolvoreando la sartén con un poco de sal antes de verterlo, ya que de esta manera no saltará.
El mejor aceite para los fritos
El aceite de oliva es el más recomendable para freír alimentos. En cualquiera de los casos, es recomendable saber que nunca deberá calentarse por encima de los 60 grados, ya que a esa temperatura los aceites generan una sustancia que resulta peligrosa para la salud.
El aceite es uno de esos ingredientes que se usan cada día en la cocina en multitud de ocasiones. Sano, recomendado para la dieta mediterránea y con un montón de propiedades que lo hacen único e inigualable. Sin embargo, también cuenta con algunos inconvenientes que se pueden resolver fácilmente con estos sencillos trucos.
Para que no se queme el aceite
Se puede evitar que el aceite que ya está demasiado caliente llegue a quemarse si se echa enseguida en la sartén o recipiente que esté al fuego un buen trozo de pan. Al cabo de unos pocos segundos se podrá comprobar cómo el pan se habrá tostado y la temperatura del aceite comenzará a bajar.
Evitar que se ponga rancio
Otro de los problemas es conservar el aceite que solo se ha utilizado una vez para freír y que puede ser reutilizado. Para garantizar una perfecta conservación, hay que verter el aceite que ha sobrado en un recipiente de boca ancha y echar sobre él un chorro de coñac o aguardiente. El alcohol que tienen estos licores formará una capa en la superficie que protegerá el sabor del aceite.
Qué hacer si se ha congelado
Si a la hora de ir a coger el aceite, y como consecuencia de las bajas temperaturas, se comprueba que el aceite se ha quedado congelado en la botella, hay que introducirla en agua caliente. A los pocos minutos de realizar este proceso el aceite volverá a su estado original. En cualquiera de los casos, es recomendable no calentarlo directamente al fuego, ya que solo se conseguirá estropearlo.
Mantenerlo siempre limpio
El aceite que se utiliza para freír patatas, croquetas o buñuelos siempre termina por ennegrecerse y ensuciarse. Para evitar este problema, fríe en él un trozo de papel de aluminio. Los resultados son sorprendentes.
Eliminar el olor del aceite caliente
El fuerte olor que suelen desprender algunos aceites al calentarlos desaparecerá de una manera muy simple: añadiendo a la fritura una corteza de limón o un poco de miga de pan, que se retirará una vez que esté bien tostado. En el caso de las sartenes o freidoras, lo mejor es añadirles una ramita de perejil o unas gotas de zumo de limón.
Evitar el dolor de las quemaduras
Las siempre dolorosas salpicaduras del aceite se pueden evitar espolvoreando la sartén con un poco de sal antes de verterlo, ya que de esta manera no saltará.
El mejor aceite para los fritos
El aceite de oliva es el más recomendable para freír alimentos. En cualquiera de los casos, es recomendable saber que nunca deberá calentarse por encima de los 60 grados, ya que a esa temperatura los aceites generan una sustancia que resulta peligrosa para la salud.