bonel
Usuario Mítico
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El amor es el sentimiento más fuerte, sobre el que más sehabrá escrito y, al mismo tiempo, el más difícil de describir.
¿Se puede vivir sin amor? De hecho todas las especies lohacen. Si existe una clave capaz de diferenciar a los seres humanos del restode los seres vivos, esta es el amor. Si bien la inteligencia y la capacidadcreadora pueden considerarse como facultades distintivas del ser humano, habráque convenir que el resto de seres vivos también poseen un mayor o menor gradode inteligencia, por más que sus capacidades sean mucho más limitadas. Lo queno posee ningún ser vivo, a excepción del hombre, es la capacidad de amar. Sepodrá argüir que hay lazos que mantienen unidos a otras especies, a vecesincluso de por vida, pero estos vínculos responden más a la adaptación al medioy, en última instancia, a una necesidad irrenunciable de supervivencia; unanecesidad que ya viene programada en su carga genética, por lo que esinstintiva y no está sujeta ni es comparable a la evolución experimentada porel hombre. Con el ser humano, probablemente, sucediera algo parecido hace milesde años, sin embargo, su imparable proceso evolutivo ha subvertido las normasde la naturaleza, hasta el punto de dotarle de la capacidad de eleccióninteligente por encima de sus necesidades instintivas.
El amor y el odio
El amor y el odio son las dos caras de una misma moneda.Todo el mundo conoce esta frase. Que sea o no sea cierta ya es otra cuestión.En la misma línea argumental se encuentra otra máxima que afirma que losgrandes amores terminan convertidos en grandes odios. Así que alguna conexióndebe haber.
A pesar de lo dicho conviene señalar que el odio no provienesiempre del amor. Se puede odiar a alguien sin haberlo amado antes, por lo quela relación entre el amor y el odio, al menos en términos absolutos, es cuantomenos relativa.
Podríamos comparar el amor con una balanza en la que hay dosegos, y que solo funciona correctamente cuando existe el equilibrio; eso sí,teniendo en cuenta que en ese equilibrio juegan otros muchos factores.
El desequilibrio se pone fácilmente de manifiesto cuando elamor es egoísta. Uno de los factores que equilibran la balanza está basado enel dar y recibir, y no siempre ambos componentes de una pareja tienen la mismaidea en cuanto a la significación de estos conceptos. Así pues, el amor egoísta–y más aún el posesivo– puede acabar degenerando en odio.
Enamorarse
Desentrañar los misteriosos ingredientes que al mezclarsepermiten el nacimiento del amor es una tarea en la que se han embarcado poetas,filósofos, antropólogos y, en general, todo ser humano pensante.
Hay algunos elementos que podrían considerarse esenciales ala hora de entender el funcionamiento del amor. Enamorarse es un proceso que seinicia de un modo un tanto mágico; es algo que no se busca, sino que seencuentra. Al igual que la felicidad, se trata de un proceso interior. Que dospersonas manifiesten una cierta afinidad o compartan intereses no desembocanecesariamente en el amor. El atractivo físico, aunque tenga su importancia,tampoco garantiza el éxito de un futuro enamoramiento. Hay algo, que algunosllaman química y donde entran en juego muchos elementos, que provoca que unapersona se sienta atraída por otra. Y para que funcione, obviamente, la químicadebe ser recíproca.
Amor verdadero
Enamorarse es el primer paso, pero no es el único nipresupone garantía alguna de durabilidad. Hay aspectos como la sexualidad, losideales compartidos, los gustos comunes y otras afinidades que cohesionan yrefuerzan la pareja, pero para que el amor sea perdurable hay que tomar enconsideración dos aspectos irrenunciables: la confianza y la fidelidad. Lafidelidad no debe contemplarse únicamente en el terreno sexual, sino que suaplicación ha de convertirse en un modo de vida; en el convencimiento de que nose va a traicionar a la persona amada en ningún sentido ni en ningún momento.La confianza tiene mucho que ver con la seguridad, con el hecho de saber que sepuede contar siempre y en cualquier circunstancia con la persona amada.
La confianza y la fidelidad, no obstante, se sustentan enotros muchos valores y actitudes, como la tolerancia, la asertividad, elrespeto, la admiración o la renuncia que, por ejemplo, el amor egoísta o elposesivo son incapaces de acometer e integrar en su comportamiento.
fuente:http:suite101.net
¿Se puede vivir sin amor? De hecho todas las especies lohacen. Si existe una clave capaz de diferenciar a los seres humanos del restode los seres vivos, esta es el amor. Si bien la inteligencia y la capacidadcreadora pueden considerarse como facultades distintivas del ser humano, habráque convenir que el resto de seres vivos también poseen un mayor o menor gradode inteligencia, por más que sus capacidades sean mucho más limitadas. Lo queno posee ningún ser vivo, a excepción del hombre, es la capacidad de amar. Sepodrá argüir que hay lazos que mantienen unidos a otras especies, a vecesincluso de por vida, pero estos vínculos responden más a la adaptación al medioy, en última instancia, a una necesidad irrenunciable de supervivencia; unanecesidad que ya viene programada en su carga genética, por lo que esinstintiva y no está sujeta ni es comparable a la evolución experimentada porel hombre. Con el ser humano, probablemente, sucediera algo parecido hace milesde años, sin embargo, su imparable proceso evolutivo ha subvertido las normasde la naturaleza, hasta el punto de dotarle de la capacidad de eleccióninteligente por encima de sus necesidades instintivas.
El amor y el odio
El amor y el odio son las dos caras de una misma moneda.Todo el mundo conoce esta frase. Que sea o no sea cierta ya es otra cuestión.En la misma línea argumental se encuentra otra máxima que afirma que losgrandes amores terminan convertidos en grandes odios. Así que alguna conexióndebe haber.
A pesar de lo dicho conviene señalar que el odio no provienesiempre del amor. Se puede odiar a alguien sin haberlo amado antes, por lo quela relación entre el amor y el odio, al menos en términos absolutos, es cuantomenos relativa.
Podríamos comparar el amor con una balanza en la que hay dosegos, y que solo funciona correctamente cuando existe el equilibrio; eso sí,teniendo en cuenta que en ese equilibrio juegan otros muchos factores.
El desequilibrio se pone fácilmente de manifiesto cuando elamor es egoísta. Uno de los factores que equilibran la balanza está basado enel dar y recibir, y no siempre ambos componentes de una pareja tienen la mismaidea en cuanto a la significación de estos conceptos. Así pues, el amor egoísta–y más aún el posesivo– puede acabar degenerando en odio.
Enamorarse
Desentrañar los misteriosos ingredientes que al mezclarsepermiten el nacimiento del amor es una tarea en la que se han embarcado poetas,filósofos, antropólogos y, en general, todo ser humano pensante.
Hay algunos elementos que podrían considerarse esenciales ala hora de entender el funcionamiento del amor. Enamorarse es un proceso que seinicia de un modo un tanto mágico; es algo que no se busca, sino que seencuentra. Al igual que la felicidad, se trata de un proceso interior. Que dospersonas manifiesten una cierta afinidad o compartan intereses no desembocanecesariamente en el amor. El atractivo físico, aunque tenga su importancia,tampoco garantiza el éxito de un futuro enamoramiento. Hay algo, que algunosllaman química y donde entran en juego muchos elementos, que provoca que unapersona se sienta atraída por otra. Y para que funcione, obviamente, la químicadebe ser recíproca.
Amor verdadero
Enamorarse es el primer paso, pero no es el único nipresupone garantía alguna de durabilidad. Hay aspectos como la sexualidad, losideales compartidos, los gustos comunes y otras afinidades que cohesionan yrefuerzan la pareja, pero para que el amor sea perdurable hay que tomar enconsideración dos aspectos irrenunciables: la confianza y la fidelidad. Lafidelidad no debe contemplarse únicamente en el terreno sexual, sino que suaplicación ha de convertirse en un modo de vida; en el convencimiento de que nose va a traicionar a la persona amada en ningún sentido ni en ningún momento.La confianza tiene mucho que ver con la seguridad, con el hecho de saber que sepuede contar siempre y en cualquier circunstancia con la persona amada.
La confianza y la fidelidad, no obstante, se sustentan enotros muchos valores y actitudes, como la tolerancia, la asertividad, elrespeto, la admiración o la renuncia que, por ejemplo, el amor egoísta o elposesivo son incapaces de acometer e integrar en su comportamiento.
fuente:http:suite101.net
