Javilonas
Trovador Loco
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Las treinta y cinco medidas anunciadas por Mariano Rajoy en el Pleno extraordinario del Congreso para recortar el gasto público e incrementar los ingresos han ido cayendo como losas pesadas en el hemiciclo. Desde 2010, cuando Zapatero puso sobre la mesa el primer gran tijeretazo de la crisis, los diputados ya saben que se han borrado las líneas rojas, y esta mañana han recibido los «golpes» con algún que otro aspaviento desde la izquierda, pero con serenidad general.Como el enfermo que escucha al médico las amputaciones que tendrá que sufrir si quiere seguir con vida, los diputados han tomado nota de los recortes que el presidente del Gobierno ha ido detallando sin tratar de poner paños calientes.
«Yo soy el primero que está haciendo lo que no le gusta», afirmó Rajoy, muy serio. «Dije que bajaría los impuestos y los estoy subiendo. No he cambiado de criterios. Ni renuncio a bajarlos en cuanto sea posible, pero han cambiado las circunstancias y tengo que adaptarme a ellas»Faltó el «efecto sorpresa» de 2010: todo el mundo sabía que el presidente del Gobierno anunciaría importantes recortes. En este caso no hubo miradas de extrañeza entre los diputados cuando Rajoy ha anunciado que subiría el IVA, pese a criticar a Zapatero por hacerlo dos años antes y asegurar que nunca lo haría. Tampoco nadie se extrañó cuando adelantó la supresión de la paga de Navidad de los empleados públicos y altos cargos, ni siquiera cuando confirmó que se reducirá la prestación por desempleo. «¡Madre mía!», gritó una diputada de IU en solitario,con las manos en la cabeza.
«Hace tiempo que me instale en 2012»«Yo soy el primero que está haciendo lo que no le gusta», afirmó Rajoy, muy serio. «Dije que bajaría los impuestos y los estoy subiendo. No he cambiado de criterios. Ni renuncio a bajarlos en cuanto sea posible, pero han cambiado las circunstancias y tengo que adaptarme a ellas»Faltó el «efecto sorpresa» de 2010: todo el mundo sabía que el presidente del Gobierno anunciaría importantes recortes. En este caso no hubo miradas de extrañeza entre los diputados cuando Rajoy ha anunciado que subiría el IVA, pese a criticar a Zapatero por hacerlo dos años antes y asegurar que nunca lo haría. Tampoco nadie se extrañó cuando adelantó la supresión de la paga de Navidad de los empleados públicos y altos cargos, ni siquiera cuando confirmó que se reducirá la prestación por desempleo. «¡Madre mía!», gritó una diputada de IU en solitario,con las manos en la cabeza.
Rajoy no ha disfrazado la realidad. A las nueve y cinco minutos ha subido a la tribuna y ha relatado que España está francamente mal, con 5,6 millones de parados, un déficit público disparado y una deuda externa de 900.000 millones de euros que lastran la economía. Ni un gramito de optimismo, ni mucho menos de brotes verdes. Nada. Realismo puro y duro y un mensaje: «Es misión de mi Gobierno liberar a España del peso de la herencia».
Pero aparte de esto, ni una sola crítica al Ejecutivo anterior: «Hace tiempo que me instalé en 2012», respondió a Rubalcaba, empeñado, precisamente él, en mirar al pasado.La lista de recortes comenzó por las administraciones públicas, y en concreto por la reducción del 30% en el número de concejales por tramos de población. A partir de ahí, fue todo seguido, en un tono frío, de cirujano que sabe lo que tiene entre manos para salvar a un enfermo herido de muerte, pero al que le queda un hilo de vida y sobre el que hay que actuar con urgencia, sin que tiemble la mano.En ese tono, Rajoy ha propuesto otro recorte a los partidos y sindicatos.«¡Qué vergüenza!», se clamaba desde IU. Y cuando el presidente del Gobierno anunció una reducción de los liberados sindicales, alguien del PP gritó: «¡A trabajar!», mientras la izquierda se removía en sus asientos.Rajoy miró al frente antes de anunciar la parte más dura de los recortes. Tocó el turno de la función pública. «Se reducirá el número de días de libre disposición. Se facilitará la movilidad de los empleados públicos». «Este año 2012 se suspenderé el abono de la segunda paga extraordinaria». Propuso que diputados y senadores se aplicaran el cuento, y nadie rechistó.
Rajoy asumió una de sus grandes rectificaciones, el IVA
Por la parte de ingresos, Rajoy asumió una de sus grandes rectificaciones, el IVA: «El tipo general del IVA aumentará tres puntos, del 18 al 21%. El tipo reducido, del 8 al 10. Se mantiene en superreducido en el 4%».
Y otra rectificación más, en la línea de lo recomendado desde Bruselas: se procederá a la eliminación de la deducción por vivienda para los nuevos compradores a partir de 2013. El paquete se redondeó con el recorte a las ayudas por desempleo, intocables hasta ahora.
«No son medidas agradables, pero son imprescindibles», resumió Rajoy, que mantuvo la compostura y no tuvo el rostro desencajado que mostró Zapatero dos años antes. «Nos encontramos en una situación extraordinariamente grave y es preciso corregirla con urgencia».
Rubalcaba, floja intervenciónPero aparte de esto, ni una sola crítica al Ejecutivo anterior: «Hace tiempo que me instalé en 2012», respondió a Rubalcaba, empeñado, precisamente él, en mirar al pasado.La lista de recortes comenzó por las administraciones públicas, y en concreto por la reducción del 30% en el número de concejales por tramos de población. A partir de ahí, fue todo seguido, en un tono frío, de cirujano que sabe lo que tiene entre manos para salvar a un enfermo herido de muerte, pero al que le queda un hilo de vida y sobre el que hay que actuar con urgencia, sin que tiemble la mano.En ese tono, Rajoy ha propuesto otro recorte a los partidos y sindicatos.«¡Qué vergüenza!», se clamaba desde IU. Y cuando el presidente del Gobierno anunció una reducción de los liberados sindicales, alguien del PP gritó: «¡A trabajar!», mientras la izquierda se removía en sus asientos.Rajoy miró al frente antes de anunciar la parte más dura de los recortes. Tocó el turno de la función pública. «Se reducirá el número de días de libre disposición. Se facilitará la movilidad de los empleados públicos». «Este año 2012 se suspenderé el abono de la segunda paga extraordinaria». Propuso que diputados y senadores se aplicaran el cuento, y nadie rechistó.
Rajoy asumió una de sus grandes rectificaciones, el IVA
Por la parte de ingresos, Rajoy asumió una de sus grandes rectificaciones, el IVA: «El tipo general del IVA aumentará tres puntos, del 18 al 21%. El tipo reducido, del 8 al 10. Se mantiene en superreducido en el 4%».
Y otra rectificación más, en la línea de lo recomendado desde Bruselas: se procederá a la eliminación de la deducción por vivienda para los nuevos compradores a partir de 2013. El paquete se redondeó con el recorte a las ayudas por desempleo, intocables hasta ahora.
«No son medidas agradables, pero son imprescindibles», resumió Rajoy, que mantuvo la compostura y no tuvo el rostro desencajado que mostró Zapatero dos años antes. «Nos encontramos en una situación extraordinariamente grave y es preciso corregirla con urgencia».
Se podía esperar que la bronca de la oposición sería monumental. No ha sido así. El jefe de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha tenido una de sus peores intervenciones parlamentarias que se recuerda. Los diputados socialistas han quedado desconcertados al escuchar su discurso caótico, sin conexión con los ciudadanos y los principales afectados por los recortes.No es que utilizara un tono responsable. No. Sencillamente, ha dedicado buena parte de su tiempo a debatir sobre el debate: que si ha llegado tarde, que si tenía que haber venido antes, que si no hay debate sobre el estado de la Nación. Así se le escapó su turno, sin entrar en el fondo de nada, sin criticar con fundamento ninguna de las medidas aprobadas y sin ofrecer una línea coherente de oposición. Sí ha acertado a decir que en estos siete primeros meses de Gobierno «todo ha ido a peor».
«Utilizan el látigo para la mayoría de los ciudadanos», dijo Cayo Lara
El más duro fue el portavoz de IU, Cayo Lara, quien se declaró indignado. En Izquierda Unida han visto un filón en el 15-M y no lo sueltan. De momento les va bien en las encuestas. «Utilizan el látigo para la mayoría de los ciudadanos», dijo Cayo Lara, ataviado con una camiseta de apoyo a los mineros. «Han traspasado demasiadas líneas rojas».
Lo cierto es que Rajoy pintó un panorama tan sombrío que pareció que las críticas de la oposición eran más forzadas que otra cosa, una pose obligada, pero que en el fondo todos, o casi todos, saben que no queda más remedio que actuar rápidamente y con contundencia sobre el enfermo. De esa forma, CiU no hizo una enmienda a la totalidad de las medidas, como tampoco UPyD o el PNV, aunque sí criticaron la política económica que ha llevado a la situación actual y la falta de diálogo del presidente del Gobierno con la oposición
Fuente: Rajoy anuncia un ajuste «imprescindible» para una situación «extraordinariamente grave» - ABC.es
«Utilizan el látigo para la mayoría de los ciudadanos», dijo Cayo Lara
El más duro fue el portavoz de IU, Cayo Lara, quien se declaró indignado. En Izquierda Unida han visto un filón en el 15-M y no lo sueltan. De momento les va bien en las encuestas. «Utilizan el látigo para la mayoría de los ciudadanos», dijo Cayo Lara, ataviado con una camiseta de apoyo a los mineros. «Han traspasado demasiadas líneas rojas».
Lo cierto es que Rajoy pintó un panorama tan sombrío que pareció que las críticas de la oposición eran más forzadas que otra cosa, una pose obligada, pero que en el fondo todos, o casi todos, saben que no queda más remedio que actuar rápidamente y con contundencia sobre el enfermo. De esa forma, CiU no hizo una enmienda a la totalidad de las medidas, como tampoco UPyD o el PNV, aunque sí criticaron la política económica que ha llevado a la situación actual y la falta de diálogo del presidente del Gobierno con la oposición
Fuente: Rajoy anuncia un ajuste «imprescindible» para una situación «extraordinariamente grave» - ABC.es