bonel
Usuario Mítico
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Gonzalo S. G., su novia y sus amigos accedieron al Madrid Arena a las dos de la madrugada. Y lo que iba a ser una noche de sustos de mentira, acabó en un estremecimiento real. Tres chicas muertas, gente corriendo con cara de vampiro y las caras largas de después. Estaríamos hablando con un testigo normal, si no fuera por un detalle: Gonzalo S. sólo tiene 16 años.
"Nadie pedía el carné de identidad. Había tanta, tanta gente que los que iban a entrar empezaron a empujar y los de la entrada nos decían: 'Venga, pasad, pasad'. A muchos ni nos miraban en las mochilas", nos cuenta recién sacado de la cama. "Lo malo vino después, cuando pasó lo que pasó".
"Yo creo que había más gente de la permitida, porque lo normal era que te rozases con los que había al lado. Había muchos empujones. Era una locura. El mogollón era impresionante", relata. "De las bengalas no sé nada, pero sí que había graciosos que hacían explotar correpiés de esos, petardos".
"Pasadas las cuatro y media de la madrugada, un amigo me dijo que una chica había muerto y yo le dije que si estaba tonto", continúa. "Después, cuando tratamos de salir, los de seguridad nos mandaban por la salida de la izquierda en vez de dejarnos salir por la de la derecha, que es la que está más cerca del metro de Lago. El caso es que nos conducían a una zona cerrada, sin salidas. Y muchos empezamos a salar la valla. Un montón de gente lo hicimos".
Aitor, de 22 años, también cuenta el horror que vivió. "Llegamos a las 3.30 y entramos sin problemas, pero sí que vimos que en la pista, abajo, había mucha tensión y mucho jaleo, mucha gente", explica.
Él vino a Madrid desde Bilbao para participar en la fiesta de Halloween. "Igual que yo, venía mucha gente de fuera, por ejemplo, un amigo mío venía de Valencia".
"Lo que hicimos, en vista de que la pista estaba petada, fue colocarnos en el anillo segundo, un poco por fuera. Ahí daba la impresión de que la situación estaba controlada, había bastante seguridad", cuenta el joven.
"Sí que vimos una avalancha, pero los de seguridad lo controlaron. Yo creo que la mayor parte de la gente no se enteró de lo que pasaba, nosotros nos enteramos de las muertes al llegar a casa a las 7.30, por Twitter", concluye.
"Nadie pedía el carné de identidad. Había tanta, tanta gente que los que iban a entrar empezaron a empujar y los de la entrada nos decían: 'Venga, pasad, pasad'. A muchos ni nos miraban en las mochilas", nos cuenta recién sacado de la cama. "Lo malo vino después, cuando pasó lo que pasó".
"Yo creo que había más gente de la permitida, porque lo normal era que te rozases con los que había al lado. Había muchos empujones. Era una locura. El mogollón era impresionante", relata. "De las bengalas no sé nada, pero sí que había graciosos que hacían explotar correpiés de esos, petardos".
"Pasadas las cuatro y media de la madrugada, un amigo me dijo que una chica había muerto y yo le dije que si estaba tonto", continúa. "Después, cuando tratamos de salir, los de seguridad nos mandaban por la salida de la izquierda en vez de dejarnos salir por la de la derecha, que es la que está más cerca del metro de Lago. El caso es que nos conducían a una zona cerrada, sin salidas. Y muchos empezamos a salar la valla. Un montón de gente lo hicimos".
Aitor, de 22 años, también cuenta el horror que vivió. "Llegamos a las 3.30 y entramos sin problemas, pero sí que vimos que en la pista, abajo, había mucha tensión y mucho jaleo, mucha gente", explica.
Él vino a Madrid desde Bilbao para participar en la fiesta de Halloween. "Igual que yo, venía mucha gente de fuera, por ejemplo, un amigo mío venía de Valencia".
"Lo que hicimos, en vista de que la pista estaba petada, fue colocarnos en el anillo segundo, un poco por fuera. Ahí daba la impresión de que la situación estaba controlada, había bastante seguridad", cuenta el joven.
"Sí que vimos una avalancha, pero los de seguridad lo controlaron. Yo creo que la mayor parte de la gente no se enteró de lo que pasaba, nosotros nos enteramos de las muertes al llegar a casa a las 7.30, por Twitter", concluye.
